martes, 23 de agosto de 2011

LA CASA DEL ABUELO

La Casa del Abuelo tuvo un alma de tiempos bonancibles y costumbres que hicieron santo el curso de su calma, que hicieron grato el curso de sus lumbres.
               Tuvo un aire la Casa del Abuelo, de mañanas cordiales y serenas, y un corredor y un patio donde en vuelo vegetaban dormidas las melenas; donde en grandes y rústicos materos de tapas de botellas, a la sombra cordial de los aleros reventaban las zulias perfumadas; donde el bongo esperó, sencillamente, con su carga de hartones y aguamasa, el retorno febril y providente de la dócil vacada de la casa.
               La Casa del Abuelo tuvo vastos corredores de pisos ladrillados, en cuyos postes los canastos colgaban de los clavos encorvados, y colgaba el zurriago de vaqueta y un bastón, y un sombrero, y una piola y la rústica y córnea peineta, prendida al bosque de vacuna cola; el tinajero en el rincón más ledo, con su carga de barro elaborado, y una raíz de guadua en el remedo de un horrible animal inanimado; allí cual percha en ingenioso ovillo cornamentas de un ciervo, secas, duras, y percha los dos cuernos de un novillo, de azarosas y graves curvaturas.
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 POR: DON ÁNGEL AGUIRRE LÓPEZ



                                                        FOTO:  Archivo Museo.  Patio Nº 1

                                      FOTO: Archivo Museo.  Corredor en piedra del patio Nº 2

1 comentario:

  1. El museo crea este espacio con el fin de tener las opiniones de a sus visitantes, y de quienes aún no han tenido el placer de conocerlo, para mejorar en el servicio y en la trasmisión de la cultura y la historia de nuestros antepasados.

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